domingo, 23 de agosto de 2015

De esto se trata la soledad...

Estar sola, sentirse sola, quedarse sola, elegir la soledad...
Supongo que no todo es lo mismo...

Amo la soledad cuando se la elige, se disfruta de la paz, del silencio, del no compromiso con nadie. Pero con sólo cambiar de idea uno estira la mano y sabe que el otro está...

Quedarse sola cuando no se lo elige debe ser como un túnel oscuro en el que no se puede ver la salida...

Estar sola debe ser triste, pero supongo que con proponerse que eso cambie, una puede encontrar muchas rutas que la lleven a destino.

El tema es cuando una está acompañada y se siente sola. Algo no anda bien, algo falla, algo dice que el camino elegido ya no es el correcto, que el paisaje que vemos no nos hace felices...

Cuando uno viaja en auto y el rumbo parece perderse, el GPS es el auxilio inmediato para recalcular y encontrar el sentido del viaje.

Pero aún no venden de esos aparatitos que nos orienten en la dirección que queremos darle a nuestra vida. Y eso nos vuelve frágiles y vulnerables, Y nos hace sentir perdidos.

El tiempo no para, la cabeza no para, el corazón no para...

Y yo aquí, tratando de parar...sin éxito....



sábado, 22 de agosto de 2015

Le dicen el chino...




Le dicen "el chino". Tal vez por sus rasgos de origen asiático.
Hacía meses que ella lo esperaba con ansiedad, contando los días que faltaban para encontrarse por fin cara a cara.
Todo ese tiempo previo fue perfecto: Imaginó ese instante de todas las maneras posibles. Planificó cada detalle para que todo estuviera en su lugar, para que su hogar le resultara un cálido refugio. Toda la familia compartió su ansiedad y sus fantasías.
Ella estaba preparada para el giro que daría su vida cuando llegara ese momento. Sabía que nada sería lo mismo pero nunca pudo adivinar la dimensión de ese cambio.
Por fin llegó el tan ansiado encuentro. "El chino" invadió ese lugar de un modo audaz, desafiando todos los sueños, tirando abajo muchas ilusiones, llevándose por delante largos meses de emociones.Ella se sumió en la depresión más profunda, se preguntaba qué podía haber hecho mal para merecer tanta tristeza, por qué su mundo se desmoronaba de repente y la dejaba indefensa, quebrada, desolada.
De repente todo pasó a ser nada, la nada misma.
Las dos rayitas que le habían alegrado la vida, la ropita que mes tras mes llenaba los cajones y su propia existencia, se convirtieron en un sueño que otro debía haber soñado. Todo le resultaba ajeno. Esa no podía ser su realidad, ese no podía ser el encuentro tan largamente acariciado.
Sólo ella conoce lo que le costó mirarse en sus ojos.
Sólo ella sabe el dolor que esa mirada le provocaba.
Sólo ella...y su compañero de ruta, con el que debían comenzar a recorrer un camino muy distinto al que conocían, un desafío para el que no se sentían  preparados.
A través de sus lágrimas pudo adivinar sus mejillas rosadas, sus dedos acariciaban con dolor su pielcita de durazno y por fin sus ojos pudieron posarse en esos otros: pequeñitos, dulces, achinados... Fue en ese momento, en que sus corazones se encontraron. Fue el instante en que supo que esa pequeña vida dependía pura y exclusivamente de ellos.
En el momento de volver a su casa, comenzó un duro recorrido por consultorios médicos, leyendo con avidez cuanta información se cruzara en su camino. Evitaba encontrarse con esas molestas miradas que le confirmaban que su hijo era diferente.
Y sí ... es diferente. Es un ser puro que le hizo conocer cuánto es capaz de dar.
El tiempo fue pasando y juntos aprendieron a conocerse, a reconocerse en el otro y a disfrutar de tenerse.
Se convirtió en un diablito lleno de picardía, de simpatía irresistible y capaz de las travesuras más divertidas.
Con su hermano formaron un dúo dinámico, estableciendo un pacto silencioso, en el que saben que serán incondicionales, el uno para el otro, para el resto de sus vidas.
Año tras año "el chino", fue llenando ese hogar de magia, de risas, de emoción, de ternura, de felicidad completa.
Ella nunca pudo imaginar ese primer día en el que se miraron cómo iba a transformarse su vida.
En ese momento no sabía cómo iba a seguir viviendo con semejante tristeza. Hoy...no sabría cómo vivir sin la felicidad que le da su presencia en su vida.

¿Down? Es sólo una palabra..

sábado, 15 de agosto de 2015

Ordenando el desorden...



Tiempo de orden, tiempo para pensar, tiempo para sacar todo lo que molesta y dar lugar para que vengan cosas mejores...
Y para ordenar hay que tocar, limpiar,  agarrar y empujar...Y a veces eso duele...
 Duelen las manos que añoran otras manos, los oídos que extrañan ciertas voces, los ojos que miraban con fascinación, la cabeza que recuerda y no para de recordar...
Pero es necesario e inevitable: Cerrar esos álbumes de fotos viejas que nos hacen añorar lo que ya no existe. O lo que nunca fue...Guardarlos, ni tan a mano ni tan escondidos... Cerquita para cuando ya no duelan y puedan recordarse con una sonrisa cada uno de los momentos que atesoran...Y lo suficientemente ocultos como para no caer en la tentación de mirarlos cuando la noche nos invite a llorar,,,
Y de a poco iremos descubriendo que no eran tan necesarios ni los recuerdos ni las personas...
Y que ya hay lugar suficiente para recibir a quienes quieran llegar...





sábado, 1 de agosto de 2015

El difícil oficio de ser padres


Época complicadas si las hay para ser padres de hijos adolescentes...
Siempre la adolescencia fue un camino empinado, imagino que a todos los padres les costó sobrevivir a esa edad de los hijos.
Pero no sé si es porque hoy me toca a mí ser mamá, es que me parece que este tiempo no nos ayuda en nada.
Que difícil es...
La inseguridad de saber que salen de casa y rogar que nada les pase, sin taladrarles los oídos con el celular para constatar a cada segundo que eso es así, obligarnos a creer que nada va a ocurrirles para no invadir en forma permanente su vida y respirar cuando el bendito llamado por teléfono llega sin que lo pidamos...
Los valores que manejan los jóvenes de hoy en día, en que creen que si se ahogan en alcohol son más felices, se divierten más y la vida les sonríe. El riesgo de tomar ese camino puede ser letal, con consecuencias reales. No son fantasmas. No son dueños de sus decisiones, cuando el alcohol es el que manda Desde comas alcohólicos hasta abusos o simples resacas que nublan la mente y el corazón.
O el costo de no elegir ese camino y sentirse diferente, "afuera", no "ser parte" y cómo hacerles sentir que es la mejor decisión que pueden tomar, sin poder ayudarles a vencer esa sensación de soledad y tristeza que los invade.
Que la amistad sea lo más importante, es lo lógico, eso ocurrió en todas las épocas. Y es una bendición si se comparte el camino con esos amigos del alma. Pero cuánto duele tener que apartarse cuando se crece en forma paralela siguiendo valores diferentes.
Que puedan sentir que mamá y papá seremos siempre el mejor refugio, que podemos entenderlos más de lo que creen, que el amor incondicional está en casa, y en ningún lugar más....cuando eso en realidad a esta edad no alcanza, y a veces ni siquiera importa....
Ir dejando la adolescencia con todo lo bueno y lo malo que eso conlleva para ir adivinando ese nuevo camino de transición al mundo adulto, eligiendo qué camino seguir, el miedo a lo desconocido y el temor a equivocarse...
Verlos tan grandes, tan independientes y que, en un segundo se transformen en esos chiquitos que teníamos a upa y consolábamos por haberse raspado una rodilla, mientras ellos creían que se trataba de un dolor eterno.
¡Cuántos sinsabores querríamos ahorrarles  a nuestros hijos! Y tener la seguridad de que deben afrontarlos, transitarlos y padecerlos solos,  para crecer y madurar. Y eso no podemos hacerlo por ellos.
Nos tenemos que conformar y sentirnos dichosos si nos hacen saber que valoran nuestras opiniones y confían en nosotros, aunque por momentos seamos sus peores enemigos...
Y en medio de sus sensaciones encontradas, las nuestras...que tampoco nacimos sabiendo cómo ser padres. Ojalá tengan la certeza de que hacemos todo nuestro esfuerzo por ser los mejores... O quizás eso sólo pueda mostrárselos el tiempo, cuando ellos también sean padres...