sábado, 26 de noviembre de 2016

Ya fue suficiente....

Tiempo cumplido...

Llega un momento en que interiormente se siente...
que ya fue suficiente...
Suficiente tiempo de esperar que los otros descubran quién verdaderamente soy...y lo valoren...
Suficiente tiempo de comprender y justificar que tienen sus motivos para actuar de tal o cual manera, aunque lastimen, ofendan o ignoren al otro...
Suficiente tiempo de haber estado pendiente de sus necesidades, de sus intereses, de sus carencias, de sus limitaciones....
Suficiente tiempo de haber dejado que me miraran desde sus falsos pedestales, creyendo que tal vez algún día, podrían descubrir lo que de verdad importa en la vida...Y que no son superiores a nadie...
Suficiente tiempo de tratar de mantener el afecto sin que termine convirtiéndose en lástima...
Suficiente tiempo de creer que yo era para ellos tan importantes como ellos para mí...

Y hoy...sí, hoy...digo: Ya fue suficiente...

Yo perdí, mucho seguramente.... Pero no tanto como quien contaba con mi afecto incondicional y sin reservas, con errores y todo, les dí lo mejor que se puede dar: el corazón....

Y sí, fue suficiente....Demasiado tal vez, el tiempo de pensar tanto en los demás....
Hoy finalmente les regalo ese espacio, esa distancia que da la indiferencia....
Tal vez algún día extrañen ese tiempo en que hice absolutamente todo lo contrario....

Y yo volveré a decir: Ya fue suficiente....

La distancia no separa a las personas. Los silencios sí....

Aunque eso depende...
Del tipo de silencio...

Están los silencios compartidos, esos que se eligen, cuando los corazones están unidos, cuando los ojos hablan, cuando las manos lo expresan todo...

Están los que nos permiten abrazarnos a nosotros mismos, mirarnos y reencontrarnos con nuestro yo verdadero...

Pero están los otros, esos crueles...
Los que callan las palabras que debieron ser dichas...
Los que ocultan lo que uno no se anima a decir...
Los que deciden un adiós sin explicaciones...
Los que ocultan lo que no nos animamos a enfrentar...
Los que se esconden del dolor que le provocamos al otro...
Los que eligen el camino más fácil y más triste, el de la distancia no merecida...
Los que se convierten en jueces implacables de relaciones hermosas devenidas a la nada misma...
Los que, en definitiva, se niegan a asumir con palabras las consecuencias de las elecciones realizadas.

Hay que ser muy valientes para poner palabras al dolor.

Es más sencillo refugiarse en el más cobarde de los silencios...

Será por eso que amo tanto las palabras...
Porque no me gusta tirar la piedra y esconder la mano.
Porque soy fiel a lo que siento y a quienes quiero...
Porque amo decir "Te quiero", mirando a los ojos, pero también "Adiós", si es la única opción que queda.
Cuando el silencio se instala, me quedo sin remos para sacar a flote cualquier relación. Con un solo remo no se puede....
Y yo...Nunca usaría el silencio como puente de despedida...
Porque los puentes unen y el silencio...el silencio levanta muros...

lunes, 14 de noviembre de 2016

No tengo que volver si nunca me fui... 



Yo sigo aquí...
En el lugar de las confesiones, de los abrazos, de las manos extendidas y los oídos dispuestos...
Del asombro frente a lo inentendible, de la comprensión a pesar de que me juzguen por ingenua, del afecto incondicional...

No tengo que volver.... si nunca me fui...

viernes, 11 de noviembre de 2016

Por fin la verdad y yo pudimos mirarnos a los ojos...

Y sí...
Llega ese momento en que después de esquivarla, 
se me pone de frente y no me deja opción...
Después de todo... estuve tanto tiempo buscándola....
La verdad, esa verdad... 
La que no me atrevo a mirar a la cara la mayor parte del tiempo.
Porque muestra mis miedos, mis miserias, mis ansiedades, mis grises...
La encuentro y me encuentro...
No sé si me gusta lo que veo. 
Duele...
Pero sana...

domingo, 6 de noviembre de 2016



Tal vez no era tu lugar natural...
Tal vez nunca elegiste estar allí...
Tal vez quisiste hacérmelo saber y no quise verlo...
Tal vez no, simplemente te quedaba cómodo y preferiste no sacarme de mi error...

Quizás te reconfortaba mi afecto incondicional...
Quizás en algún momento pude acompañar tu soledad...
Quizás algo pudiste llevarte de mí...

Tal vez, nunca quisiste que fuera en tu vida lo que fuiste vos para mí...
Quizás simplemente me hacía bien creerlo. Y tal vez simplemente... 
                                            Yo te puse ahí...



Aprender...
Cada día, todos los días...
De quienes nos hacen felices y de quienes nos hacen sufrir...
Nosotros mismos les dimos a ambos ese poder....
Agradecer...
A quienes nos hacen sentir queridos, valorados y acompañados...
Y a quienes nos hacen sentir invisibles, ignorados o rechazados...
A ellos también les dimos ese poder. Algo habrán venido a enseñarnos....
Y siempre GRACIAS A LA VIDA, 
que con unos y otros,
 nos ayuda a descubrir qué valiosos somos...